Tehuacán: la Ruta Cuicatlán que desafió a los 4×4 más duros El fin de semana pasado se llevó a cabo uno de los eventos off-road más esperados del año: la “Ruta Cuicatlán”, organizada por Bosco’s Camp 4×4 en Tehuacán, Puebla. Esta travesía se ha catalogado como una de las más intensas debido a la combinación de terrenos áridos, paisajes desérticos, obstáculos rocosos y la cultura ancestral que envuelve la región. Con más de 14 vehículos todoterreno en caravana, destacando modelos como el Jeep Wrangler Rubicon, Ford Bronco y la nueva Mitsubishi L200 2025, la aventura prometía ser una experiencia inolvidable para los amantes de la adrenalina y la naturaleza. Un paraíso árido lleno de historia Tehuacán, conocido por su biodiversidad única y sus paisajes que parecen de otro mundo, fue el escenario perfecto para esta aventura. Situado en el corazón de Puebla, el desierto de Tehuacán-Cuicatlán es famoso por sus cactus de hasta 10 metros de altura y una vegetación que data de más de 500 años. Los imponentes saguaros, las viznagas gigantes y las famosas “Patas de elefante” acompañaron a los participantes durante todo el recorrido. El primer día comenzó en el Hotel Cantarranas, donde los clientes fueron recibidos con el icónico arco de BFGoodrich y la presencia del famoso pato gigante de Jeep MX. El ambiente estaba cargado de emoción, y después de un breve trayecto, la caravana llegó al punto de partida: un río seco plagado de pedruscos. Este no era un terreno común. Las rocas, de todos los tamaños, desde pequeños cantos rodados hasta gigantescas formaciones que parecían imponentes muros, se convirtieron en los principales protagonistas del desafío. Obstáculos que pusieron a prueba a los más valientes La travesía sobre el lecho del río fue todo un espectáculo. Con más de una docena de obstáculos naturales, los conductores demostraron sus habilidades técnicas para sortear los escalones formados por enormes rocas, caminos estrechos y senderos rodeados de montañas espinosas. La habilidad para navegar estos tramos no era solo cuestión de tener un vehículo todoterreno, sino también de destreza y trabajo en equipo. Los Jeep Wrangler Rubicon JL y JK lideraron la carga, con sus capacidades de tracción, ejes reforzados y neumáticos especializados para estos terrenos difíciles. El Ford Bronco, en sus versiones Heritage y Badlands, también se destacó, demostrando su capacidad para afrontar terrenos abruptos con su avanzado sistema de suspensión y modos de manejo especializados para roca. Sin embargo, la gran revelación del evento fue la Mitsubishi L200 2025. Este pickup, equipado con neumáticos BFGoodrich MudTerrain KM3, una barra de luces LED y una batea reforzada, mostró su fortaleza en los tramos más difíciles del recorrido. Su motor diésel, ideal para condiciones exigentes, proporcionó el torque necesario para superar obstáculos que habrían detenido a cualquier otro vehículo. Un desafío técnico y emocionante El terreno rocoso y desértico fue la constante durante toda la ruta del primer día. Según Bernardino Cruz, uno de los veteranos de Bosco’s Camp 4×4 que ha participado en rutas desde 2004: “Es increíble, nunca habíamos hecho una ruta así, muy técnica pero muy constante”. Sus palabras resonaron entre los participantes, quienes compartían el asombro por la dificultad técnica de la ruta, que exigía una precisión milimétrica para evitar daños en los vehículos, además de una constante concentración para sortear los obstáculos. Durante la ruta, los conductores tuvieron que adaptarse rápidamente a los retos que se presentaban, desde trepar por formaciones rocosas hasta descender por inclinaciones pronunciadas. En cada tramo, la vegetación única de Tehuacán parecía contar historias ancestrales. El paisaje desértico, con sus cactus milenarios y formaciones rocosas que datan de eras prehistóricas, ofrecía una vista espectacular y, al mismo tiempo, exigía el máximo rendimiento de los vehículos y la destreza de sus conductores. La Reserva de la Biosfera de Cuicatlán: Un viaje al pasado El segundo día de la aventura estuvo marcado por una visita a la Reserva de la Biosfera de Cuicatlán, un lugar que combina la majestuosidad natural con una rica historia cultural. Esta zona, considerada Patrimonio Mundial por la UNESCO, no solo es conocida por su biodiversidad única, sino también por ser hogar de antiguas culturas como los Popolocas, que habitaron la región hace miles de años. Durante la visita, los participantes tuvieron la oportunidad de explorar tumbas y templos antiguos, descubriendo un legado cultural que ha resistido el paso del tiempo. Uno de los puntos más destacados fue el encuentro con la flora endémica, como la “Pata de elefante” más longeva, con más de 500 años de vida, y la viznaga más alta del mundo, una planta que se alza imponente con sus más de 5 metros de altura. Este encuentro con la naturaleza y la historia fue un recordatorio del inmenso valor ecológico y cultural que tiene esta región desértica. Mole de caderas: El broche de oro perfecto La aventura concluyó con una experiencia gastronómica que complementó perfectamente la travesía. Los participantes fueron agasajados con un festín de mole de caderas, un platillo típico de la región de Tehuacán, preparado exclusivamente durante el mes de octubre. Este manjar, elaborado a partir de chivos que son criados y alimentados únicamente con los frutos del desierto, es famoso por su sabor intenso y su preparación artesanal. El mole de caderas es más que un platillo; es una tradición que ha pasado de generación en generación, y su degustación al final de esta exigente travesía fue una recompensa digna para todos los que se atrevieron a desafiar la Ruta Cuicatlán. Equipamiento y vehículos destacados Uno de los puntos más discutidos durante la travesía fue el rendimiento del equipamiento. Los neumáticos BFGoodrich, ya icónicos en el mundo del 4×4, jugaron un papel fundamental en la capacidad de los vehículos para superar los terrenos más difíciles. Los participantes destacaron el agarre y la durabilidad de los BFGoodrich MudTerrain KM3, que demostraron su valía tanto en las rocas como en los tramos más arenosos. El Ford Bronco, con su suspensión avanzada y sistemas de tracción, continuó posicionándose como uno de
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